La inteligencia artificial (IA) está acaparando mucha atención y el interés se ha acelerado al igual que otras áreas de la tecnología como consecuencia de la pandemia. Si usted es un fabricante de tamaño medio, su actitud podría ser que la IA es para los grandes, no para tipos como nosotros. Sin embargo, el mundo ha cambiado significativamente en 2020 y los fabricantes deben adaptarse a las nuevas realidades. Hablaré de la IA con más detalle a continuación, pero mientras tanto, aquí tienes algunos puntos que debes tener en cuenta.
La IA tiene el potencial de transformar el rendimiento y la calidad en todo el espectro de las operaciones de fabricación. A medida que más fabricantes adopten las tecnologías de la Industria 4.0, como el Internet de las Cosas (IoT), la IA será necesaria para ayudar a analizar datos para tareas de valor añadido como el mantenimiento predictivo o la optimización del rendimiento.
Grupos de analistas como IDC y Gartner prevén que el gasto en IA crecerá significativamente en los próximos tres años (por ejemplo, El gasto en IA en 2023 será más de dos veces y media el nivel de gasto de 2019 (IDC Worldwide Artificial Intelligence Spending Guide).
Si ahora cree que la IA necesita al menos cierta consideración seria, veamos el papel emergente de la IA en la fabricación.
Ventajas y casos prácticos
El uso de la IA en la industria manufacturera ofrece ventajas cuantificables.
– automatizar un proceso para aumentar la capacidad humana, por ejemplo, ejecutar operaciones de back-end como la gestión de una red de producción;
– optimizar la eficacia de un proceso, por ejemplo, identificando los productos defectuosos;
– mejorar la capacidad de las personas para realizar tareas o permitirles hacer algo que normalmente no podían, por ejemplo, mejorar el cumplimiento de las normas.
Hay varios casos de uso que un fabricante podría tener en cuenta al iniciar su andadura en la IA.
Mantenimiento predictivo
El uso de la IA junto con los datos de los sensores IoT y otras fuentes permite predecir y evitar mejor los fallos de las máquinas. La productividad de los bienes de equipo puede aumentar hasta un 20 % y los costes de mantenimiento pueden reducirse hasta un 10 %.
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