¿Están estos 9 costes ocultos mermando la rentabilidad de su negocio de restauración? I

Hay sorpresas buenas y sorpresas malas, como descubrir que, en algún lugar de su empresa de fabricación de alimentos y bebidas, existen graves deficiencias que están mermando sus resultados. Y lo que es peor, no siempre nos damos cuenta hasta que el daño ya está hecho.

 

A veces el culpable es un coste directo, como la compra de materias primas, la mano de obra y el transporte, que pueden ser más fáciles de detectar en los balances. Pero también hay costes indirectos, como los administrativos y operativos necesarios para gestionar la empresa, que a menudo se agrupan como gastos «generales» y no se controlan ni asignan adecuadamente.

 

Si quiere maximizar su rentabilidad, el truco está en identificar esos costes -directos e indirectos- y crear estrategias para tapar los agujeros y detener la sangría.

Los 9 costes ocultos más comunes que merman la rentabilidad

 

Saber dónde buscar los costes ocultos y los procesos no optimizados es su mejor arma en la batalla contra la pérdida de rentabilidad. En la mayoría de los casos, encuentro lagunas en una o más de estas nueve áreas dentro de las empresas de fabricación de alimentos y bebidas.

  1. Fijación de precios de nuevos productos

 

Esto puede parecer una tarea relativamente sencilla en teoría, pero es más difícil en la práctica cuando no se actualiza el coste cambiante de las materias primas en los sistemas o se asocian a lotes de producción específicos. Si a esto le añadimos un cálculo impreciso de los costes de producción, en el que no se tienen en cuenta el tiempo y los recursos necesarios para operaciones típicas como los cambios de línea, la puesta en marcha, la configuración y el desmontaje, es fácil ver por dónde se cuelan las imprecisiones en la fijación de precios.

  1. Producción

 

Piense en todos los costes adicionales que su empresa absorbe de sus líneas de producción y que rara vez se miden o asignan al coste de un producto específico:

 

    Horas extraordinarias: Puede que se retrase en la línea, pero aún así tiene que terminar el lote de hoy, lo que significa mantener al personal y los equipos en funcionamiento más tiempo del previsto.

    Retrabajo: Si hay defectos en un lote -casi siempre en el embalaje-, hay que tener en cuenta el coste adicional del embalaje, la mano de obra y el papeleo que hay que procesar.

    Desechos: Todos sabemos que durante la producción surgen imprevistos, como averías en los equipos o atascos que hacen que el producto acabe en el suelo. Ese producto desechado supone una pérdida de beneficios.

    Falta de automatización: Si confía en los procesos manuales y el papeleo para la captura de datos en lugar de la automatización, estará gastando más en mano de obra recurrente por cada lote que produzca y casi asegurando la introducción de errores de entrada de datos que requerirán aún más trabajo para corregirlos, si es que se descubren.

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